01 de Noviembre
Pueblos Indígenas "Romerillo, San Juan Chamula y Zinacantán"
Salida 7:00 am / Regreso 2:00 pm
Este día iniciamos nuestra actividad a muy temprana hora. Acompañados de un guía nos adentraremos a las comunidades indígenas más representativas de la zona altos de Chiapas por las festividades de Día de Muertos. Dichas festividades tienen una mezcla de emociones, alegría, colorido, dolor y recuerdos que se manifiestan de manera peculiar en los panteones de Romerillo, San Juan Chamula y Zinacantán. En primera instancia visitaremos el Panteón de Romerillo, donde las tradiciones Tsotsiles para celebrar Día de Muertos son ancestrales y muy vistosas, en este panteón hay 22 gigantescas cruces de madera que resguardan las almas de sus difuntos, se erige esta gran fiesta con juegos mecánicos, puestos de comida, ropa, golosinas y bebidas como posh, cerveza, y jugo de caña fermentada o “Chicha”. Entre los grupos norteños y el mariachi que cantan de tumba en tumba, sobresale la presencia de danzantes, los kolemal max, o los monos sueltos, en castellano. Posteriormente visitaremos el poblado de San Juan Chamula, donde la celebración a los Fieles Difuntos inicia con la visita a la iglesia de San Juan Bautista para rezar por las almas y hablar con los dioses. Se ponen lazos en las campanas, así estas se puedan tocar llamando a las almas para que despierten y se dirijan a visitar a sus familiares en sus casas, después así poder disfrutar de la comida que prepararon. Podremos visitar el Panteón, en este lugar las tumbas son de tierra, están cubiertas con “juncia”, hojas de los árboles de pino u ocote que aromatizan el ambiente. En este, los indígenas de esta comunidad visitan a sus fieles difuntos con flores para rezar y pasar un tiempo en silencio recordándolos. En seguida nos dirigiremos a Zinacantán, para visitar el panteón municipal donde podremos ser espectadores de las tradiciones Tsotsiles para celebrar Día de Muerto; en el altar familiar se esparce juncia (puntas de pino), al igual que en el suelo. La comida consiste en un caldo de pollo con repollo; café, atole agrio y carne de res ahumada servidos en platos y jarros de barro. Chayotes, mazorcas de maíz, cañas y naranjas, las lapidas se ven adornadas por vistosos ramos de flores y velas de cebo para alumbrar el
camino de regreso a la tierra y otro poco para irse al descanso eterno. Finalizando con nuestro traslado a la ciudad de San Cristóbal a su alojamiento.